jueves, 17 de mayo de 2012

CELEBRAMOS EN EL COLE "EL DÍA DEL LIBRO"

Para celebrar el "Día del Libro" los alumnos/as de 6º curso prepararon dos cuentos que contaron a los pequeños. Nos reunimos todos/as en la bilioteca y muy atentos escuchamos el primer cuento.


Ricitos de oro

 En una preciosa casita, en el medio de un bosque  vivían 3 ositos. El papá, la mamá, y el pequeño osito.

Un día, tras hacer todas las camas, limpiar la casa, y hacer la sopa para la cena, los tres ositos fueron a pasear por el bosque. Mientras los ositos estaban caminando por el bosque, apareció una niña llamada Ricitos de Oro que, al ver tan linda casita, se acercó y se asomó a la ventana. Todo parecía muy ordenado y coqueto dentro de la casa.

Entonces, olvidándose de la buena educación que su madre le había dado, la niña decidió entrar en la casa de los tres ositos. Al ver la casita tan bien recogida y limpia, Ricitos de Oro curiseó todo lo pudo. Pero al cabo de un rato sintió hambre gracias al olor muy sabroso que venía de la sopa puesta en la mesa. Se acercó a la mesa y vio que había 3 tazones. Un pequeño, otro más grande, y otro más y más grande todavía. Y otra vez, sin hacer caso a la educación que le había dado sus padres, la niña se lanzó a probar la sopa. Comenzó por el tazón más grande, pero al probarlo, la sopa estaba demasiado caliente. Entonces pasó al mediano y le pareció que la sopa estaba demasiado fría. Pasó a probar el tazón más pequeño y la sopa estaba como a ella le gustaba.

                                                                       
Y la tomó toda, todita. Cuando acabó la sopa, Ricitos de Oro se subió a la silla más grande pero estaba demasiado dura para ella. Pasó a la silla mediana y le pareció demasiado blanda. Y se decidió por sentarse en la silla más pequeña que le resultó comodísima. Pero la sillita no estaba acostumbrada a llevar tanto peso y poco a poco el asiento fue cediendo y se rompió.

      
Ricitos de Oro decidió entonces subir a la habitación y a probar las camas. Probó la cama grande pero era muy alta.


La cama mediana estaba muy baja y por fin probó la cama pequeña que era tan mullidita y cómoda que se quedó totalmente dormida.


Mientras Ricitos de Oro dormía profundamente, llegaron los 3 ositos a la casa y nada más entrar el oso grande vio cómo su cuchara estaba dentro del tazón y dijo con su gran voz:
-¡Alguien ha probado mi sopa! Y mamá oso también vio su cuchara dentro del tazón y dijo:
-¡Alguien ha probado también mi sopa! Y el osito pequeño dijo con voz apesadumbrada
:


-¡Alguien se ha tomado mi sopa y se la ha comido toda entera! Después pasaron al salón y dijo papá oso:
-¡Alguien se ha sentado en mi silla! Y mamá oso dijo:
-¡Alguien se ha sentado también en mi silla! Y el pequeño osito dijo con su voz aflautada:
-¡Alguien se ha sentado en mi sillita y además me la ha roto!




Al ver que allí no había nadie, subieron a la habitación para ver si el ladrón de su comida se encontraba todavía en el interior de la casa. Al entrar en la habitación, papá oso dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama! Y mamá oso exclamó:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama también! Y el osito pequeño dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mí camita...y todavía sigue durmiendo!

Ricitos de Oro, mientras dormía creía que la voz fuerte que había escuchado y que era papá oso, había sido un trueno, y que la voz de mamá oso había sido una voz que la hablaba en sueños pero la voz aflautada del osito la despertó.


De un salto se sentó en la cama mientras los osos la observaban, y saltó hacia el otro lado saliendo por la ventana corriendo sin parar un solo instante, tanto, tanto que no daban los pies en el suelo.


Desde ese momento, Ricitos de Oro nunca volvió a entrar en casa de nadie ajeno sin pedir permiso primero. Y colorin colorado, este cuento se ha acabado, y colorin colorete, por la chimenea sale un cohete.

El siguiente cuento  fue.....        


El flautista de Hamelin            

        


( Un trocito del cuento )


Después  las "seños" de infantil hicieron un teatro de marionetas
sobre el cuento ...

 La Ratita Presumida





Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Un día la ratita estaba barriendo su casita, cuando de repente en el suelo ve algo que brilla... una moneda de oro. 
La ratita la recogió del suelo y se puso a pensar qué se compraría con la moneda.
“Ya sé me compraré caramelos... uy no que me dolerán los dientes. Pues me comprare pasteles... uy no que me dolerá la barriguita. Ya lo sé me compraré un lacito de color rojo para mi rabito.”

La ratita se guardó su moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez en el mercado le pidió al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compró y volvió a su casita. 
 Su lacito en el rabito colocó y mirándose al espejo, exclamó. ¡Que preciosa estoy yo!.
La ratita salió al balcón y pronto por allí, un gallo pasó que, mirando a la ratita le dijo:“Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”.

“No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”. "Quiquiriquí, quiquiriquí".“Ay no, contigo no me casaré que ese ruido me despertará”.


Se fue el gallo y apareció un perro. “Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo:

“No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”. “Guau, guau”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido me asusta”.


Se fue el perro y apareció un cerdo. “Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?”. “Oink, oink”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido es muy ordinario”.
El cerdo desapareció por donde vino y llegó un gato blanco, y le dice a la ratita: “Ratita, ratita tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo:

“No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las noches?”. Y el gatito con voz suave y dulce le dice: “Miau, miau”. "Ay no, es suave tu voz pero no me gusta ".


El gato se fue y apareció por allí un ratoncito con chaqueta y corbata que le dijo a la ratita: “Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo:

“No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces ?”. Y el ratoncito le dice, yo  ninguno, dormir y callar y por el día, te llevaré a pasear. “Ay sí, sí, sí, contigo me voy a casar".


Y así se casaron la ratita  y el ratoncito. Y a la boda invitaron a todos los animalitos. Los dos juntos fueron felices y comieron perdices y ....
Colorín colorado este cuento se ha acabado.



Para terminar el día, el Director del colegio nos dió un diploma por nuestra participación en el concurso: " Lugares en los que se puede leer un libro"




También nos regalaron un precioso cuento.


Mirad los dibujos que hicimos.


    




















Casi todos, nos dibujamos viendo cuentos en el campo. Ya que era más fácil dibujar el sol, la hierba, las flores, los árboles, las piedras, las nubes... que la biblioteca del cole.

Pero quedaron...¡ Preciosos !.

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